jueves, 18 de abril de 2013


                                                                      Ausencia

La huella de tu cabeza en la almohada. Las sábanas, oleaje confuso de  mar encrespado. Una frazada tirada a los pies en montón anodino de tibiezas. La nariz pretende apropiar  el suave perfume que flota indeciso por irse. Alguna calidez me llega a las palmas de las manos cuando pretendo acariciar la blancura del algodón. Creo sentir el eco de tu voz cuando  poniéndote el último zapato dijiste, “me voy”. El velador ha quedado encendido. Todavía la puerta murmura el quejido sin aceite de las bisagras. Sobre la mesa, un vaso a medio llenar y el cigarrillo que no terminaste. Mi ansiedad, que no sabe de ausencias, ya se duele por tu regreso.
Y apenas si te has ido…

Juan José García Zalazar

No hay comentarios: